No soy de las que suele hacer balance del año que termina, ni me paraba a pensarlo, pero este merece una buena reflexión por ser distinto, único y hasta ahora el más complicado, pero de no haber sido así posiblemente seguiría en el mismo sitio y de la misma manera. La vida te da y te quita lo que necesitas en cada momento. Sea bueno o malo. No hay culpables, solo responsabilidad. En este caso la mía…
Ha sido un año de varias épocas, siento decir, y yo más que nadie, que cada cual peor. Pero por suerte como bien definido viene son periodos de tiempo, más cortos o más largos, pero lo que tenemos claro es que no hay mal que cien años dure y lo importante no es como empieza sino cómo acaba, no?. Pues mi año no puede acabar mejor: rodeada de los míos, que este año ya tocaba! El caso es seguir avanzando, ir cerrando libros y aprender algo nuevo de cada uno.
Ojalá…solo hay que creer firmemente en lo que quieres de verdad. En ti mismo y como todo en la vida: faith&fight. No estamos solos, pero tampoco nadie va a poder sentir lo que tú sientes ni nadie va a luchar como tú lo hagas. Ten tanta o tan poca fe en mí como quieras pero al menos ten fe en ti mism@. Visualízate!
Puede que fuese una loca nefelibata, espera, soñadora empedernida suena mejor😎pero si no llega a ser así mis endorfinas y serotonina no me hubiesen acompañado en mi largo camino. Era una soñadora sin fin, tanto que quise grabar esa palabra en mi piel, pero con las cicatrices que me hice yo solita ya tengo más que suficiente. Fue entonces cuando aterricé y la realidad o, al menos, mi realidad me dijo: “no se trata sólo de soñar con tu futuro, se trata de vivir la vida ahora, con toda su realidad.” Aprendido y grabado quedó. Aquí y ahora. Sencillo…pero no dejéis de soñar.
Y aparecieron ellas, que no suenan mal pero las prefiero lejos de mí…
La etapa de la incertidumbre. No mires ni leas nada. Me quedé en “stand by”. Asimilar y entender porqué. Aceptar que todo lo que tenía planeado, habiéndome dejado hasta el último pedazo de mi cabeza se fue destruyendo en poco tiempo al igual que yo me iba apagando lentamente. Y así me vino otra vida o mejor dicho, otra etapa. La que me ha dejado ver que por mucho que nos empeñemos en que algo tiene que salir porque así lo deseas y lo crees para ti, puedes estar equivocándote de camino o en la forma de caminar. Tu intuición te habla pero no la escuchas. Algún día podré decir: gracias a que aquello no pudo ser, la vida me puso donde tenía que estar, en mi lugar, donde todo fluye sin necesidad de forzar nada.
El problema es cuando uno no puede cambiar una situación y tampoco puede huir, lo único que nos queda es cambiarnos a nosotros mismos y entonces entendí que no conseguir lo que quieres a veces es un golpe de buena suerte y que no todo lo que deseamos necesariamente puede ser bueno a largo plazo. Si a veces sientes que las cosas continuamente no funcionan puede ser el destino interviniendo. Confiemos en él. Al menos para no volverte loc@.
Y apareció ella, la resiliencia, palabra que tuve el gusto de conocer y sentir en profundidad este año y que sé, me acompañará para el resto de mi vida. Porque así me siento. Gracias gen Ruiz y Gonzálvez. Gracias a la vida.
Aprendí que estar en soledad es estar contigo misma, por tanto nunca estoy sola. A ratos como bien describe es perfecto. Entendí que son momentos necesarios. Perfectos. Mágicos. Y que cada vez me gustan más. Esos momentos de soledad…un buen libro, un té en el balcón, un cielo con estrellas, un invierno con calor…escuchar el silencio…
Y sí…bonhomía! Esta palabreja mola! Siempre he sido sencilla que no simple. Pero es cierto que esta nueva etapa ha despertado en mí más aún la bondad y compasión por los demás. No es que vaya de María Teresa de Calcuta, pero hay seres extraordinarios ahí fuera. Conocidos. Desconocidos. Cada uno con su historia, las he escuchado de todas clases cada cual más dura, por ello quizá los sentimientos me inundan por todas partes ante personas especiales y que parece que hayan nacido para sufrir. No es justo. Encima te hacen sentirte fuerte, valiente y lo que no saben es que los fuertes son ellos.
Nunca. No está permitido perder tu luz propia. Esa vitalidad. Debemos ser como los cactus que sin importar el tiempo o el clima seguirán igual: verdes, con sus espinas y un día darán la flor más hermosa que jamás hayas visto. 🌵☝🏼Que nadie marchite y menos los que están a mi alrededor. Si yo no lo hago, ¿por qué lo van a hacer ellos?
Lo mejor de todas las cosas del mundo, el tiempo concedido para permitirme ver, apreciar y sentir de otra manera cada pequeño momento. Los pequeños detalles.
La naturaleza, el sol, el olor a mar, el cielo azul, las risas con mis amigas, abrazos que te hacen traspasar el cuerpo…Porque todo, absolutamente todo, es especial y cada instante es irreemplazable.
Da igual que nieve, llueva o haga sol. La felicidad está dentro de cada uno, independientemente de la que esté cayendo. Aunque he de decir que el Sol y yo este año somos uno.
Aquello que se siente como el final de todo, en realidad es un nuevo comienzo.
Adiós 2015
Continuará…
Carol