El estrés es una respuesta del cuerpo para protegernos ante las amenazas, sin embargo, en muchos casos la sensación se prolonga y se vuelve crónica. Ahí es cuando vienen los problemas de salud porque lo creamos o no, somos uno. Cuerpo, alma y mente.

La mayoría de los empleados padecen estrés de forma cotidiana sobre todo si se vive en áreas urbanas, sitios donde el ambiente suele propiciar mayor estrés. El estrés es un problema de salud, la mayoría de empresas cuentan con empleados en estas condiciones. No solo podemos hablar de empleados, también personas con grandes proyectos a largo plazo, deportistas, estudiantes de oposiciones…

Consecuencias

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Estamos tan ocupados corriendo de un sitio para otro que no apreciamos lo que tenemos delante nuestra. Somos  “La sociedad ocupada” lo que nos produce vivir en una ansiedad por el futuro que no nos permite el disfrute del presente. De las cosas verdaderamente importantes. Los pequeños detalles del día a día.

El tiempo. El valor más preciado que nos da la vida y que transcurre a la velocidad de la luz. Y aún siendo conscientes de que la vida pasa muy deprisa, aún queremos ser más productivos y hacer más y más cosas al mismo tiempo. Llegar a todo y que encima salga perfecto. Pero nada de lo que solemos hacer es para enriquecer nuestro interior, la mayoría se basa en cosas materiales, reconocimiento, superficialidad, obligaciones que no necesidades o apetencias.

Todo esto que os cuento puede llegar a producir además de dolencias físicas otros tipos de problemas aún más graves. No somos conscientes de que llevar ese ritmo de vida pueda hacernos mucho daño, al menos yo no lo era o no lo quería ver. Al final te conviertes en ciego de la vida sin poder ver lo que te estás perdiendo.

En mi caso si quería conseguir mi objetivo el método era ese. Cada vez más y más temas. Y cada vez más y más horas. Me decían, “al final el cerebro se acostumbra” y era verdad porque estudiaba literalmente y cronometrado, todo el día. Me volví ciega y sorda ante todo lo que me rodeaba. Ahora no voy a pensar en lo que me perdí prefiero pensar en lo que he ganado aunque sea a base de un susto. La vida me ha llevado a darme cuenta que si hoy no se puede, mañana será otro día, pero primero soy yo, porque al final es lo que siempre se suele decir y no hacemos caso, pero estamos aquí de paso y por lo tanto tenemos que mimarnos, permitirnos errar sin fustigarnos y hacer del camino un lugar agradable. Al fin y al cabo, no tenemos mucho que dejar, nos iremos de este mundo tal y como llegamos a él, solos y sin nada, todo cuanto tenemos es nuestra historia, que es lo verdaderamente importante. Vivencias.

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Cómo reducir el estrés:

Encuentra apoyo. Habla con amigos y familia, te servirá de desahogo. En caso de tratarse de un estrés contínuo es recomendable pedir ayuda y acudir a un especialista.

Cuídate. Come saludable e intenta llevar una dieta equilibrada. Haz ejercicio, practica algún deporte. Los deportes de cardio ayudan mucho a vaciar todo el estrés acumulado a lo largo del día, generas endorfinas y te irás bien contento a casa. También puedes practicar otro tipo de ejercicios como el yoga, es algo increíble que ayudará a tu equilibrio cuerpo-mente, aprenderás a relajarte y a tomarte las cosas de otro modo. Duerme al menos siete horas, descansar bien es importante, además te levantarás con mejor humor. No dejes que tu mente te controle, un pensamiento positivo puede cambiarlo todo.

Cambia de sintonía. Realiza actividades que te hagan cambiar de humor, como escuchar música, pasear con tu perro, leer, pintar, ver una película…Cuando me recomendaban este tipo de actividades para reactivar y conectar con mi lado más creativo, yo pensaba, si es que no tengo tiempo y no sabéis ahora lo importante que es ejercitar el hemisferio derecho, el de la creatividad, para poder continuar en equilibrio, porque si no al final quemas mucho un lado y quiebras.

Tómate un tiempo libre. Busca un lugar tranquilo y practica la respiración abdominal. Escúchate. Siéntete. Habla contigo mismo. Reflexiona. Escucha tu cuerpo. No tomes pastillas a la primera de cambio. Piensa si verdaderamente merece la pena preocuparte tanto. Hay veces que le damos mil vueltas a lo mismo cuando en realidad ocurrirá cuando tenga que ser. Hay una solución para todo. No te adelantes y ví e en el presente.

Organizate. No lo dejes todo para el último momento. Organiza tu tiempo y actividades. No es necesario trabajar/estudiar  diez horas si verdaderamente te planificas y aprovechas el tiempo que te has propuesto, claro que llevarlo a la práctica es menos sencillo de lo que parece. Móvil fuera eso para empezar. Quítate todas las distracciones posibles. No te llenes de actividades, di no cuando tengas que hacerlo. Define las prioridades ya que habrá otras tareas que puedan esperar. Y vete a tomarte esa cerveza que ni por asomo entraba en tus planes.

El estrés a veces es bueno y necesario pero como todo en su justa medida. Suele darte ese empujón para tomarte en serio las cosas y llevar a cabo tu plan. Pero como todo, cuando algo se vuelve continuado en el tiempo, el estrés puede convertirse en tu peor enemigo. Desde provocarte úlceras, problemas musculares hasta otro tipo de enfermedades más graves de las que no somos conscientes. El cuerpo es sabio y habla. Hazle caso.

Párate, baja la velocidad de tu vida, observa y medita. Te ayudará a enfrentarte mejor a lo que venga después.

Estate contigo mismo y no te pierdas las cosas que te brinda tu alrededor.

Carol